martes, 8 de noviembre de 2011

Manhattan antes de los rascacielos. La década de 1850, década de efervescencia

Antes de empezar a hablar de la evolución de los rascacielos en Nueva York, primero hay que conocer cómo se dieron las condiciones económicas, urbanas, geográficas, políticas y sociales para la construcción de estos gigantes, y para esto empezamos este viaje en la década de 1850, en la cual ocurrió un evento importante, en donde se sembró la semilla donde surgiría un nuevo tipo de construcción: la Exposición Universal de 1853.

Nueva York en 1850
Hacia 1850 la ciudad de Nueva York se encontraba en pleno crecimiento demográfico, político, económico y era un polvorín social. En primer lugar se encontraba el gigantesco crecimiento demográfico que experimentaba la ciudad con la oleada masiva de inmigrantes provenientes de Eurpoa.

Así, como menciona la historiadora Susan Elizabeth Lyman en su libro La Historia de Nueva York. Una historia informal de la ciudad desde el primer asentamiento hasta nuestros días (1975):

"La afluencia de recién llegados a la ciudad durante la segunda mitad del siglo era sólo un adelanto de lo que estaba por venir. El flujo que siguió a la erupción política de 1848 en el continente y la hambruna de la patata en Irlanda casi se triplicaría la población dentro de veinte años" (Lyman, Susan Elizabeth. The History of New York. An Informal History of the City from the First Settlement to the Present Day. New York. Crown Publishers Inc. 1975. Pág. 136).

Así, según datos de Lyman, ante la creciente afluencia de inmigrantes irlandeses y alemanes, así como del interior de los Estados Unidos, la ciudad de Nueva York aumentó su población de los 123,000 habitantes de 1820 a los 515,000 habitantes de 1850.

No es de extrañar que las tensiones sociales fueran en aumento, dado que los habitantes nativos de la ciudad y antiguos inmigrantes de los barrios bajos vieran con recelo a los recién llegado debido a que por la necesidad de mano de obra barata las grandes empresas los contrataban de inmediato, y para intimidad a los inmigrantes, muchos hombres de áreas como el Bowery y los Five Points se agruparan en bandas para hostigar, atacar e incluso matar a los recien llegados, cuyas víctimas eran principalmente irlandeses y negros, quienes no dudaron en defenderse y formar bandas para contrarrestar los ataques.

Por el lado urbanístico, el plan de ensanche que se propuso en 1811 que proponía que el diseño urbano tomara la forma de emparrillado cuyo ensanche empezaba al norte de la calle Houston, y que dividia la mayor parte de la isla de Manhattan en 12 avenidas que corrían de norte a sur y 155 calles que corrían de este a oeste, proporcionaba inmensas posibilidades de colonización para la ciudad, por lo que para 1850 la zona urbana llegaba hasta lo que hoy es la Calle 42 y se llenaba de construcciones de ladrillo de tres a cinco pisos de altura. Así tenemos que el historiador Roger Whitehouse en su libro: New York Sunshine and Shadow (1974) hace una descripción del perfil de la ciudad en la década de 1850:

"(...) la ciudad en la década de 1850 consistió casi en su totalidad de estructuras (casas) de mampostería con estructura de madera agrupadas alrededor de la punta sur de la isla de Manhattan, que se extiende sin más al norte hasta el área alrededor de la calle 30. Más allá, y en todo el East River, se extendía el campo abierto salpicado de numerosas granjas, caseríos, aldeas, y la casas de verano ocasionales de los ricos" (Whitehouse, Roger. New York Sunshine and Shadow. Nueva York. Harper & Row. 1974. Pág.11).

Fig. 1. Vista del Bajo Manhattan desde las obras de relleno del Battery Park en 1853. Se
puede observar el dominio de edificios de tres, cuatro y cinco pisos de altura rodeando el
parque y el perfil estaba dominado por la Iglesia de la Trinidad (Trinity Church).
Foto tomada del libro de Roger Whitehouse New York Sunshine and Shadow (New York.
Harper & Row. 1974. Pág. IX).


Lógicamente tal expansión implicó la necesidad de ampliar los servicios de agua potable, educación, sanidad y vivienda, por lo que en 1842 se inauguró el depósito de agua llamado Croton Reservoir en los terrenos donde hoy se ubica la Biblioteca Pública de Nueva York. Así tenemos que la Oficina de Educación (Board of Education) se formó en 1856 al unirse algunas instituciones de educación pública y la que en el futuro sería el City College of New York (Lyman, 1975. Pág, 141). El Hospital Bellevue se inició después de la peste de 1795, pero se fue formando como un extenso complejo hospitalario durante la primera mitad del Siglo XIX, para dar auxilio médico a personas de escasos recursos (Lyman, 1975. Pág. 107).

Económicamente la ciudad se encontraba en pleno proceso de expansión financiera. Dada su cercanía con los muelles del East River, Wall Street se consolidaba como eje de todas las finanzas de los Estados Unidos.

Desde poco después de la Independencia Americana, las grandes compañías navieras y los negocios de exportación e importación establecieron sus oficinas en Wall Street, en donde podían mantener un control de la entrada y salida de mercancías que entraban y salían del puerto, situado a lo largo de South Street. En 1792 se había creado lo que en el futuro sería conocido como el New York Stock Exchange (NYSE), y durante la primera mitad del Siglo XIX se crearon bancos como el Bank of Manhattan y el Bank of America cuyas oficinas se establecieron cerca de la segunda Iglesia de la Trinidad.

Pero no fue sino hasta poco después del famoso incendio de 1835 que los grandes bancos y casas de inversión construyeron fastuosos edificios de oficinas en todo el área de Wall Street, desde el cruce con Broadway hasta el puerto, extendiéndose por calles como Broad y Nassau. Para 1850 Wall Street era el eje central de la vida financiera de Estados Unidos.

Otro factor que determinó el fantástico crecimiento de la ciudad de Nueva York fue la apertura del canal de Erie, en 1825 que comunicó la ciudad con los Grandes Lagos a través del río Hudson, por lo que inició intercambios comerciales con los estados del centro del país, especialmente con ciudades nacientes como Chicago, y al mismo tiempo abría una ruta hacia el Mississippi, comunicándola con ciudades como Nueva Orleans, con la consecuencia de que las riquezas de la ciudad, y por ende, su poder económico se ensancharon notablemente.

Por otro lado, en el terreno político la ciudad estaba en plena esfervescencia y la maquinaria Demócrata del Tammany Hall estaba adquiriendo un poder sin límites y sus tentáculos acabarían por dominar la vida política de la ciudad de Nueva York durante la segunda mitad del siglo XIX.

La vida cultural florecía en la ciudad durante la primera mitad del siglo XIX y escritores autóctonos como Herman Melville (Moby Dick), Edgar Allan Poe (El Cuervo) y Walt Whitman (Leaves of Grass) publicaban sus obras describiendo la vida cotidiana y el romanticismo de esos años. Por esos años surgen las grandes publicaciones como el New York Tribune, Harpers, y por supesto, The New York Times (1851), el cual ha llegado hasta nuestros días como uno de los diarios más influyentes en la escena política internacional.

La exposición universal de 1853
Así, ante este contexto de expansión urbana Nueva York celebra su famosa Exposición Universal, cuya inauguración ocurre el 14 de julio de 1853 en el célebre Cristal Palace, en el cruce de la Sexta Avenida y las calles 40 y 42, en el sitio que hoy ocupa el Bryant Park. La historiadora Susan Elizabeth Lyman (1975) hace un relato de lo que había en la exposición:

"Esta consistió en todas las exposiciones y los objetos importados para la primera feria mundial en los Estados Unidos. Sólo un pequeño porcentaje de los estadounidenses había hecho el gran viaje, aún menos habían estudiado en el extranjero, por lo que para la mayoría de la gente en este país la muestra en el Palacio de Cristal era un primer contacto con la cultura europea. Acudieron a la ciudad para visitar la Feria, que abrió sus puertas 14 de julio de 1853, y funcionó por dos temporadas. Fue modelada después de la exposición que se celebró en Londres en 1851. El edificio, aunque más pequeño que su equivalente Inglés, es un templo de hierro y vidrio en forma de cruz griega con cúpula alta. La muestra atendía a una amplia gama de intereses, y así las estatuas de mármol se codeaban con las lavadoras. Por primera vez los visitantes cautivados vieron tapices y jarrones de Sèvres, plata inglesa y figuras de Parián, el cristal de Austria, las sedas de Francia, Italia, Turquía y la India; las estatuas de Thorwaldsen, de Dinamarca, así como los alimentos en conserva (un nuevo proceso) de Francia. Los Estados Unidos contribuían con la estatua de Hiram Power "El esclavo griego" y la segadora de Cyrus McCormick" (Lyman, Susan Elizabeth. The History of New York. New York. Crown.1975. Páginas 141 y 142).

Fig. 2. El famoso Palacio de Cristal de la Exposición Universal de Nueva York de 1853.


El ascensor
Así, la Exposición Universal de 1853 es recordad porque en este sitio se mostró por primera vez un invento que en el futuro sería clave en el surgimiento del rascacielos: el elevador. En 1853 el industrial Elisha Graves Otis (1811-1861) mostró su nuevo invento, el ascensor, en el interior del Cristal Palace. Otis había inventado un año antes un dispositivo de seguridad que impedía que la plataforma, si la cuerda que la sujetaba se rompía, cayera al vacío y evitaría accidentes. Al demostrar su invento en la Feria, Otis elevó la plataforma, ordenó a su asistente romper la cuerda y al activar el dispositivo de seguridad la plataforma sólo cayó unos pocos centímetros y se detuvo de inmediato. La multitud quedó estupefacta y el invento de Otis fue un éxito inmediato. A partir de 1857 la Otis Elevator Company empezó a construir ascensores de pasajeros e inmediatamente se hicieron populares.

La Torre Latting
Por otro lado otra de las principales atracciones de la Exposición Mundial de 1853 fue una gigantesca torre cónica conocida como la Torre Latting ubicada al norte del Cristal Palace, en la calle 42 (donde hoy se levanta el Grace Building) y que fue levantado por Waring Latting.

La torre consistía en una estructura cónica de 350 pies (106.6) metros de alto de hierro y madera, y cuya plataforma de elevación, se podía contemplar una impresionante vista de la ciudad de Nueva York en pleno crecimiento.

Así Susan Elizabeth Lyman, en el libro The Face of New York (New York, Crown Publishers, 1955) describe cómo era la vista desde lo alto de la torre:

"Esta torre de 350 pies de madera y hierro contaba con un ascensor de vapor que llevaba a las torres de observación y a los telescopios. Se podía ver la pequeña casa de madera que se encontraba en la esquina noroeste de la calle 42 y Quinta Avenida. El Depósito de Distribución de Agua Croton con sus paredes egipcias inclinadas ante la Quinta Avenida entre las calles 42 y 40 (donde hoy se ubica la Biblioteca Pública de Nueva York). El paseo alrededor de la parte superior era un lugar favorito para los neoyorquinos que los domingos por la tarde caminaban al igual que hoy caminan alrededor del embalse en el Parque Central. Contrario a esto era el Jardín del Monte Croton y más allá en la calle 40 estaba el Croton Cottage, un popular parador y bar. En la avenida Madison y la Calle 37 había tres casas de piedra y una idéntica que todavía sigue en pie, la antigua casa de JP Morgan. Prominente en el primer plano se encuentra el Crystal Palace, en la calle 42 y la Sexta Avenida, justo al lado del embalse y en donde hoy se levanta el Bryant Park" (Feininger, Andreas. Lyman, Susan Elizabeth. The Face of New York. The city as it was and as it is. New York, Crown Publishers. 1955. Págs. 112-113).

Fig. 3. La Torre Latting (Waring Latting, 1853), polo de atracción de los visitantes a la
Exposición Universal de Nueva York en 1853. Foto: Wikipedia. Link:

Mencionar la Torre Latting es importante, ya que al ser una torre de observación construído en hierro sentó un precedente que posibilitaría en el futuro el surgimiento de los rascacielos, pero desgraciadamente, este atractivo turístico fue consumido por las llamas en 1856, y lo mismo le paso al Crystal Palace dos años después.

Bibliografía y fuente de las ilustraciones

  • Feininger, Andreas. Lyman, Susan Elizabeth. The Face of New York. The city as it was and as it is. New York, Crown Publishers. 1955.
  • Lyman, Susan Elizabeth. The History of New York. An Informal History of the City from the First Settlement to the Present Day. New York. Crown Publishers Inc. 1975.
  • Whitehouse, Roger. New York Sunshine and Shadow. Nueva York. Harper & Row. 1974.
Fuente electrónica.

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