Por: Erick Alvarez
Durante los años de 1929 y 1930, en la isla de Manhattan
se libró una batalla brutal entre dos titanes, una batalla entre dos empresas,
entre hombres de negocios y una batalla de egos entre dos arquitectos cuya
ambición de superar al Woolworth Building cometieron la osadía de construir el
edificio más alto del mundo, en la que todo tipo de artimañas fueron permitidas
con el propósito de lograr tal empresa.
Y es que en medio del boom de la construcción de los años
20 todas las grandes compañías soñaban con construir un edificio que fuese más
alto que su competencia, y ambicionaban con tener el edificio más alto que la
tecnología de su tiempo permitiese construir.
Los dos arquitectos fueron Henry Craig Severance y William Van Allen y
sus osadías fueron el Bank of Manhattan Building y el Chrysler Building,
respectivamente.