Por: Erick Alvarez En 1946, los Estados Unidos comenzaron a disfrutar de los frutos de su victoria en la Segunda Guerra Mundial. Al asumir su rol hegemónico en el contexto geopolítico internacional, se suma su papel protagonista en el proceso de creación de la Organización de las Naciones Unidas. En diciembre de 1946 Nueva York fue elegida para alojar la sede permanente de la nueva organización, e inmediatamente comenzaron los trabajos para elegir una zona en la ciudad para la construcción de los edificios que alojarán a la O.N.U.