Por: Erick Alvarez En 1941, el contexto de las acciones bélicas que se llevaban a cabo en Europa (principalmente, tras el ataque nazi a Londres del año anterior), y la entrada de Estados Unidos al conflicto, tras los ataques japoneses a Pearl Harbor en diciembre; pusieron a la ciudad de Nueva York en un estado constante de alerta ante la posibilidad de un ataque, y a partir de ese año, hasta al final de la Segunda Guerra Mundial las autoridades de la ciudad informaban a la población sobre el peligro bélico y se realizaban en las noches apagones programados que ponían a la ciudad a oscuras por unos minutos.